Que son los: ¿“Terrible two”?
Si sois padres de niños mayores de dos años, ya habéis superado esta etapa. Los “terrible two”, así la llaman.
Ataca a los niños alrededor de los 24 meses de edad, convirtiéndoles de nuestros angelitos a pequeños histéricos, matones y cabezotas. De repente es como formar parte de una peli de “transformers” , venimos abrumados desde una ola de “NO”, “NO QUIERO”, “ES MIO”, “TU NO”, “IO SOLO”, “FUERA”.
En la calle he visto a niños atacar, como Karate Kid, a sus propias madres y otros niños entre lágrimas, retorcerse en el suelo. Son los terribles dos años! Lo sé porque Leonardo tiene dos años y medio y estamos en ello.
He hablado con otros padres y con los míos, he pedido consejo a la tutora de la escuela infantil de Leonardo y también he leído sobre este asunto, saber que le pasa a todos me ha tranquilizado, en Italiano decimos: “mal comune mezzo gaudio”; compartir las penas reduce su peso.
Los “terrible two” es una fase fisiológica de todos los niños que se enfrentan al mundo y por primera vez se dan cuenta que tienen su propia identidad y que son capaces de elegir y hacer cosas solos, sin la ayuda de un mayor. Se desencadena en ellos la necesidad de autodeterminación y nosotros no podemos hacer nada más que respetarla y ayudarles a través de la comprensión.
No es fácil, a veces me entran ganas de dejarle en la calle e irme, de ganar la lucha contra Karate Kid y de gritar más fuerte que él. Así que respiro a hondo, me relajo e intento no tomármelo de forma personal, pienso en que se trata de un periodo y que pronto pasará!
Un día en el parque, un papá me dijo: ¿Los dos años? Una tontería comparado con la pubertad…. Veréis cuando lleguen los 13! Así que estoy avisada, de todos modos, prefiero pensar paso a paso.
Mi experiencia.
Leonardo hace unos meses empezó a pegar a todos los niños a su alrededor. Recuerdo que iba al parque con una buena dosis de ansiedad, cada vez que se acercaba a un ñiñ@ o que un niñ@, sobre todo más pequeñ@ , se acercase a él, me entraban las palpitaciones, tenía que quedarme siempre a una distancia de seguridad para poder intervenir al ataque a tiempo. Era su forma de llamar mi atención, de decir al mundo “estoy aquí” , sabía que no lo hacía con maldad, lo hacia incluso cuando estaba muy feliz y en lugar de abrazarte o besarte, te tiraba una palmada.
Alguien me aconsejó ser más dura con él y que una buena nalgada le habría venido bien. Yo no estoy totalmente de acuerdo, tengo otra mentalidad y aunque sé que a veces he caído en su “trampa de capricho”, creo en que de tras de cada llanto, rechazo y protesta hay una razón de ser.
Con Leonardo utilicé mi método, con paciencia le expliqué miles y miles veces que su forma de comportarse con los otros niños era equivocada, que así le hacia daño y que pegar no es la forma de conseguir las cosas. Me costó mucho tiempo y fatiga, pero mejoró.
Ahora tengo nuevas cosas con las que enfrentarme, su desafío diario hasta ponerme al límite. Ahora el pequeño boxeador de la casa quiere hacerlo todo él solo, vestirse y ponerse lo zapatos(incluso elige qué ponerse), así que a veces salimos con los calzoncillos puestos al revés o las zapatillas invertidas y si le digo “Leonardo te has equivocado, te has puesto el zapato derecho en el pié izquierdo”, él me contesta así: “QUE NOOOO”.
A veces me saca de quicio, hay días que empezamos con los NO desde la mañana y cuando llega la noche estoy hecha polvo.
No os preocupéis.
Esos terribles dos años no son nada más que una lucha continua para la independencia, que procede junto a la búsqueda de confirmaciones y seguridad por parte de los padres. Así Leonardo que quiere hacerlo todo solo, cuando llega la noche, vuelve a ser bebé y busca impaciente mi pelo, como hace desde los primeros meses de vida y se duerme pegado a mi.
Las ganas de crecer y ser mayores que caracteriza los terribles two es proporcional a la necesidad de tener un lugar seguro donde volver, un nido siempre a disposición en el que encontrar comfort y poder recargar la energía necesaria para volver a descubrir el mundo.
En fin, algún consejo para sobrevivir a los terrible two sin daños.
NIVEL DE DIFICULTAD: MEDIO
Evitar un NO rotundo, mejor ofrecerle alternativas y posibilidad de elegir, para que se sientan libres y sin imposiciones.
NIVEL DE DIFICULTAD: BAJO
Avisar con 5 minutos de antelación nuestras acciones; por ejemplo, estamos viendo la tele y es hora de acostarse, en lugar de apagarla de repente, avisar que en 5 tenemos que apagar la tele porque vamos a dormir.
NIVEL DE DIFICULTAD: ALTO
Intentar mantener la calma y explicarle las cosas con tranquilidad, además convenciéndonos a nosotros mismos que ellos entenderán.
NIVEL DE DIFICULTAD: MEDIO
Evitar comparaciones con los otros niños, cada uno es un mundo único y tiene su proceso de crecimiento.
NIVEL DE DIFICULTAD: BAJO
Cuando tenemos ganas de darle una bofetada, abracémoslo fuerte, estoy segura de que aprenderán más de eso.
Leonardo está en plenos terrible two y yo con él.
Me encantaría que me escribieseis vuestras vivencias con este momento, quien lo ha superado, quien esta en ello.
Y a todos los papis mucha suerte ☺
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